Lucha contra el cambio climático: 1 dólar sin invertir, 4,3 dólares en el futuro

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¿Cuáles son las prioridades en la lucha contra el cambio climático? ¿Qué clase de oportunidades pueden encontrar las empresas en el nuevo panorama que tenemos por delante? ¿Qué acciones debemos priorizar? ¿A qué nos enfrentamos? El reto contrarreloj de evitar un calentamiento global desmesurado plantea esas y otras muchas preguntas, que desde el Grupo Español para el Crecimiento Verde intentamos resolver participando en el debate común a todos los sectores. El pasado viernes tuvimos otra oportunidad de defender nuestros postulados en un evento organizado por el Centro Español de Innovación en Cambio  Climático -sede española de la iniciativa europea Climate-KIC- y el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad Católica de Valencia y que versó sobre economía circular. Por parte del GECV acudió nuestro presidente, Valentín Alfaya.

El también director de Medioambiente de nuestro socio Ferrovial destacó las bondades del Acuerdo de París, firmado en noviembre de 2015 y que marca la hoja de ruta contra el cambio climático a nivel global. “Está cambiando la forma de hacer negocios, dotando de certidumbre el compromiso global con el cambio climático, y en particular para el sector financiero, y no tiene vuelta atrás”, destacó. Alfaya señaló, además, que ya se han alcanzado 27 billones de aportaciones de dinero público para alcanzar los objetivos que marca.

La nueva situación exige una “vuelta de tuerca” a las actividades del sector privado. En concreto, el sector industrial ha pasado “de buscar cómo descarbonizarse a cambiar su portfolio de actividades”. En este proceso surgirán múltiples oportunidades y ámbitos de acción que verán incrementar su potencial. Entre ellos, mencionó el presidente del grupo, se encuentran el vector energético -cómo se genera, distribuye y consume la energía-, el vector agua (ya que las tendencias en relación con el agua son claramente anticipadas por los modelos climáticos) y el vector demográfico y la progresiva urbanización, ya que en 2050 vivirán más personas en las ciudades que en el resto del planeta.

El principal riesgo es que lleguemos tarde. La adaptación al cambio climático y la transición energética hacia un modelo descarbonizado es urgente. Cada año que pasa, aseguró Alfaya, la factura se incrementa en 500.000 millones de euros para el periodo 2010-2030. “Cada dólar que deja de invertirse hoy, implica una inversión de 4,3 dólares en el futuro”, puntualizó.

El Grupo Español para el Crecimiento Verde, recordó su presidente, tiene en la Declaración de Barcelona un catálogo de propuestas que las empresas miembro proponen para abordar el inmenso reto medioambiental y apuntalar lo que conocemos como crecimiento verde. El decálogo de recomendaciones es el siguiente:

-Reconocer la economía verde como una fuente de crecimiento económico y prosperidad.

-Aprobar políticas que potencien la apuesta verde.

-Establecer un marco regulatorio estable, predecible y transparente.

-Eliminar trabas administrativas y asegurar coordinación institucional.

-Promover la investigación, la innovación y la tecnología como catalizador del crecimiento.

-Fomentar la información y sensibilización.

-Desarrollar capacidades de financiación y eliminar barreras.

-Descarbonizar la economía con la contribución de todos los sectores.

-Incentivar la colaboración público-privada.

-Revisar la fiscalidad para convertirla en una herramienta de apoyo al crecimiento verde.