Descarbonización total y una política eficaz y de consenso para la transición energética

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Este jueves 3 de marzo fuimos invitados a participar en una jornada técnica enmarcada dentro de Genera 2017, la feria internacional de energía y medio ambiente, y organizada por la Oficina Española de Cambio Climático (OECC), dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. El encuentro, titulado Cambio climático y transición energética, un nuevo sistema de gobernanza, contó con la presencia del vicepresidente del GECV, Gonzalo Saenz de Miera.

El debate en el que participa el Grupo Español para el Crecimiento Verde versó sobre la transición energética ante una economía baja en carbono. Una parte indispensable de lo que entendemos como crecimiento verde: el desarrollo de estrategias que nos permitan dejar de depender de los recursos fósiles como fuente de energía y apostar por energías limpias y renovables.

Durante su intervención, Gonzalo Sáenz de Miera ha hecho un exhaustivo análisis del punto de partida de nuestro país con respecto a la transición energética, piedra angular de la lucha contra el cambio climático. Los datos que arrojan los análisis de la realidad de la energía que produce y consume España no son demasiado optimistas. Con un 74% de consumo de energía primaria de origen fósil, el consumo de este tipo de fuentes en el transporte y la edificación es el principal responsable de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la vulnerabilidad de la economía por dependencia energética exterior (98% en el caso de las energías fósiles).  Además, la electricidad solo supone el 25% del consumo final de energía, y las energías renovables ocupan un gran trozo del pastel del mix eléctrico, pero no así del mix energético.

Dado el panorama, partiendo de un “modelo energético insostenible basado en fósiles” pero con amplio margen de mejora –y con una Ley de Cambio Climático y Transición Energética en el horizonte–, el vicepresidente del GECV desgranó los que, a su juicio, son los principios básicos para la transición energética. Las palabras de Gonzalo son contundentes y no dejan lugar a dudas: la solución es la descarbonización de toda la economía, no de cara a 2030, sino a 2050. “El plazo es muy corto: las inversiones actuales condicionan 2050”, advirtió. “Se necesitan políticas efectivas ya”.

En una carrera contrarreloj como la que nos encontramos, ¿cuáles son los mecanismos a seguir, los pasos imprescindibles, desde el punto de vista público? Nuestro vicepresidente lo tiene claro: un marco de financiación que obtenga recursos por la recaudación de una fiscalidad basada en el principio “quien contamina paga”, es decir, que las empresas con un mayor nivel de emisiones de GEI sean las que más contribuyan económicamente a luchar contra el cambio climático, es esencial. “Las eléctricas ya han iniciado la transición”, avisó.

También concede importancia a un debate político riguroso y plural, en el que se busque el consenso entre las fuerzas para dotar de estabilidad a las decisiones que se tomen y con responsabilidad, dado el enorme peso del reto al que nos enfrentamos. Y en todo ello, por supuesto, contando con una ciudadanía crítica y activa, para lo que las labores de comunicación ecológica, climática, energética y medioambiental se antojan más necesarias que nunca. “Cuanto más tarde actuemos, más complejo y costoso será para la sociedad cumplir con los objetivos climáticos”, concluyó.

Desde el Grupo Español para el Crecimiento Verde estamos convencidos de que la transición energética es necesaria y urgente; creemos que ofrece oportunidades de mejorar la vida de los ciudadanos, de crecimiento y empleo; y nos ponemos a disposición del Gobierno para participar activamente en el proceso de elaboración de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética con una propuesta constructiva y positiva.