Por Mari Luz Castilla Porquet
PWC España ( miembro del Grupo Español para el Crecimiento Verde)
El gobierno llegó tarde con la trasposición. Pero este año, muchas compañías han empezado a incorporar información no financiera en el Informe de Gestión. ¿Cuál ha sido la experiencia de este primer año?.
Estas son 10 reflexiones que tuvimos ocasión de compartir recientemente en un desayuno organizado por el Grupo Español de Crecimiento Verde junto a grandes empresas y expertos del sector.
- Mayor visibilidad de la información no financiera. A efectos de transparencia, la información no financiera de las grandes empresas se ha colocado al mismo nivel que la información financiera. Ello conlleva mayor implicación y disposición para colaborar de las diferentes áreas… ¡lo cual ya es mucho! Ya no es un mero ejercicio de marketing, sino una correcta gestión de los intangibles.
- Público objetivo más amplio. El público objetivo de la información de sostenibilidad se modifica y además de las ONGs, adquieren mucha más importancia los inversores. Algunas empresas han optado por desarrollar un informe integrado y utilizar un lenguaje más dirigido a analistas y mercados. Este reporting no financiero puede llegar a recaer en el futuro en el ámbito financiero.
- Falta de un estándar global. Se trata de una directiva europea y para una multinacional puede haber un mix de exigencias entre diferentes geografías. Debería haber un único estándar global, aunque ya existen referentes internacionales como GRI, RI, etc.
- Reto de gestión brutal. Este año el tiempo se ha echado encima. Los plazos de reporte se han acortado. Las cotizadas solían esperar a la Junta General, entre abril y junio, para publicar sus informes de Sostenibilidad, pero este año han tenido que adelantar a febrero la preparación de la información no financiera. Los equipos de sostenibilidad han sufrido el envite y han terminado agotados. Los canales y sistemas de información no financiera no están preparados ni al mismo nivel que los financieros para poder acortar plazos.
La información no financiera está más dispersa y menos formalizada.
- Fortalecer el control interno de la información no financiera. Para alcanzar el nivel de los estándares financieros se necesita reforzar los sistemas de información no financiera, revisar procesos y procedimientos internos de reporting, involucrar más en el control a los diferentes departamentos y mantener un diálogo fluido con finanzas y auditoria interna.
- Demanda creciente de transparencia. La información no financiera va a seguir evolucionando y las demandas de transparencia seguirán aumentado.Como ejemplo, las recomendaciones del Task Force for Climate Disclosure, que demandan transparencia respecto a los riesgos del cambio climático o los temas de diversidad y respeto a los Derechos Humanos que ya han entrado en el Gobierno Corporativo.
- Materialidad. Un aspecto que preocupa es identificar cuáles son los temas relevantes para una organización sobre los que debe informar. Es decir, que temáticas son las que tienen impacto y suponen riesgos para el negocio, y como actualizar estas tendencias y su posible repercusión en la empresa.
- Responsabilidad legal de los administradores. La ley solo se pide al auditor una “manifestación sobre que la información no financiera se facilite en el Informe de gestión o en un estado separado”.
La ley no contempla la necesidad de revisar la información no financiera pero si de formularla
Así, el Consejo debe aprobar una información no financiera que no ha sido validada. Aunque en la práctica, muchas grandes empresas someten voluntariamente esta información a encargos de aseguramiento en base a la Norma ISAE 3000R, el proceso en algún momento podría acarrear consecuencias para los administradores.
- La trasposición se ha quedado corta. Algunos países, como Francia o Italia, han incluido en la trasposición la obligatoriedad de verificar la información no financiera. No es el caso de España, donde queda un vacío legal para su revisión, solo atendido voluntariamente por las empresas. El regulador propone que la información no financiera “se someta a los mismos criterios de aprobación, depósito y publicación que el informe de gestión”, entendiéndose por tanto que se mantienen los plazos y procedimientos establecidos mercantilmente para el informe de gestión, pero no hace obligatoria su revisión por un tercero, con lo que deja en cierta indefensión al Consejo que debe formularla.
- Deberes pendientes para el ejercicio 2018. La Directiva marca una tendencia imparable de mayor transparencia en la información no financiera. Las empresas que ya han incorporado este año esta información en el informe de gestión, deben empezar a planificar el reporte del 2018. Tareas a contemplar serán: revisar la materialidad para seleccionar los aspectos relevantes, supervisar los procesos de control interno de la información no financiera, compartir el análisis con el departamento financiero y de auditoria interna y plantearse su verificación.
Las empresas que no han estado obligadas este año, harán bien en analizar los requisitos que pueden llegar en el futuro de clientes, reguladores o fuentes de financiación. Una gestión excelente comienza por poner en práctica este ejercicio voluntario de transparencia.