El Grupo Español para el Crecimiento Verde fija su hoja de ruta para ayudar a preservar el Capital Natural

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Cuando hablamos de capital natural, nos referimos al conjunto de activos naturales (bióticos y abióticos) que, combinados, proporcionan un flujo de beneficios a la sociedad. Su preservación es clave para el desarrollo sostenible de la economía, y es responsabilidad de las empresas encargarse de ello, e ir incorporando esa tarea en sus procedimientos operativos; para conocer e integrar la contribución de la biodiversidad a la economía global. Estos activos proporcionarían un enfoque holístico y sistemático necesario para hacer frente a la ineludible transformación económica. De este modo, se conseguiría reconciliar la prosperidad económica con el mantenimiento de la naturaleza, y la circunstancia de usarlo como métrica tendría las ventajas de basarse en información científica, la existencia de estándares para su cuantificación, y poder valorarse en términos económicos.

Las tasas tanto de destrucción de los ecosistemas como de pérdida acelerada de biodiversidad están agravando los efectos del cambio climático, y demandan nuevas métricas que incluyan a los activos naturales en la toma de decisiones de las organizaciones. A este respecto, las organizaciones supranacionales ya han empezado a orientar sus acciones hacia este factor. Las empresas y las instituciones financieras evalúan el riesgo ambiental usando como proxy el uso de energía, la generación de residuos, la contaminación o la huella de carbono. La Comisión Europea, por ejemplo, ya ha impulsado varias iniciativas en este sentido, como el Pacto Verde Europeo, la Estrategia Europea de Biodiversidad 2030, nuevas propuestas regulatorias, diferentes proyectos orientados a normalizar los marcos metodológicos de capital natural, o la previsión de un notable paquete de inversiones para preservar la naturaleza.

Consulta aquí el documento

También se ha puesto en marcha la taxonomía de las finanzas sostenibles para orientar la inversión hacia una recuperación verde, y la adopción de soluciones basadas en la naturaleza (SbN). Si miramos más de cerca a nuestro propio país, nos encontramos con iniciativas que se encaminan también a poner en valor el capital natural, como la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas, identificándolo como un elemento imprescindible para el desarrollo territorial y la transición ecológica.

El Capital Natural, principal activo económico de nuestro país

Según el Foro Económico Mundial, en 2019 más de la mitad del PIB del mundo dependía del capital natural. En nuestro país, es también el principal activo económico, no sólo por lo que genera directamente, sino porque la mayor parte de nuestros sectores productivos están apalancados en el capital natural: turismo, gastronomía, etc.

Estas actividades económicas y humanas impactan directa e indirectamente sobre los ecosistemas y los bienes y servicios que proporcionan y, además, están limitadas por la biosfera, cuyo mantenimiento es crítico para asegurar actividades económicas sostenibles en el tiempo. De hecho, a día de hoy sabemos que más de un 30% de la superficie terrestre está degradada y eso supone un riesgo para la economía y también para las empresas. Debemos reconducir nuestro modelo económico hacia un sistema compatible con la capacidad de regeneración de nuestra biosfera o de lo contrario, estamos abocados hacia un futuro incierto para nuestra naturaleza.

La Hoja de Ruta del GECV

El Grupo Español para el Crecimiento Verde, a través de su Grupo de Trabajo de Capital Natural, conformado por más de la mitad de las empresas de la asociación, busca posicionarse a favor de este recurso, y generar un relato común sobre este tema para trasladarlo a la sociedad y a las administraciones. Este Grupo de Trabajo, encabezado por Ecoacsa y Creando Redes ha elaborado una Hoja de Ruta que pone de relieve la manera de integrar el contexto del Capital Natural en los marcos normativos, tanto estatales como autonómicos, y propone cauces para desarrollar nuevos modelos de negocio vinculados al Capital Natural y la biodiversidad. El documento pone de manifiesto que, para llevar a cabo esta tarea, es necesario un compromiso firme tanto del sector público como del privado, y de toda la sociedad en general.

Cabe recordar que, entre las empresas que conforman el grupo de trabajo, hay expertas y pioneras en el campo de la valoración del capital natural a nivel mundial, y que pueden estimular la reflexión entre el resto de las empresas del GECV (y del tejido empresarial español) en torno a sus dependencias e impactos sobre los activos naturales, tanto cuando realizan sus actividades directas como a través de su cadena de valor, y empezar así a generar un posicionamiento común en relación a este tema. Afortunadamente este documento llega en un momento en que el capital natural empieza a ser percibido por los agentes económicos como un vector crítico para asegurar la sostenibilidad de modelos de negocio a medio y largo plazo debido a una serie de factores, entre los que destacan la posibilidad real de mejora operativa, la reducción del impacto ambiental, y un modelo accesible y responsable con la sociedad y la biodiversidad.

Además de publicar esta Hoja de Ruta el Grupo Español para el Crecimiento Verde ofrece su apoyo a todas las iniciativas públicas que se lleven a cabo en relación con la normalización de metodologías para la valoración del capital natural. Del mismo modo, solicita a las Administraciones que exploren y pongan en práctica mecanismos de mercado que permitan valorar el capital natural del territorio español y el que eventualmente pueda crearse como consecuencia de los proyectos de compensación llevados a cabo por las empresas.

Descarga la Hoja de Ruta del Grupo de Trabajo de Capital Natural del Grupo Español para el Crecimiento Verde