La Comisión Europea pone el foco en la restauración de la naturaleza y del capital natural

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Los ecosistemas naturales son el soporte de la economía y del bienestar social y suponen un importante activo que hay que conservar. Sin embargo, a día de hoy más de un 75% de la superficie terrestre ha sido degradada por las actividades humanas. La degradación de los ecosistemas está estrechamente relacionada con la crisis económica. En los últimos 30 años, la pérdida de la biodiversidad ha supuesto una brecha económica importante, con unas cifras que oscilan entre los 3,5 y los 18,5 billones de euros sólo en Europa. Pero, además, la pérdida de naturaleza amplifica los efectos de la crisis climática, tal y como se destacó en la última COP26 de Glasgow y en el informe elaborado por el IPCC en 2022. La recuperación de la naturaleza se vuelve una cuestión clave para amortiguar los efectos negativos del cambio climático.

En este contexto, la Comisión Europea ha lanzado una propuesta de Reglamento sobre la Restauración de la Naturaleza (RRN). Este nuevo marco normativo, aún en proceso de aprobación por el Parlamento y el Consejo Europeos, supone la primera legislación de la historia que propone y pretende de manera explícita restaurar la naturaleza en el viejo continente. El objetivo concreto es reparar el 80% de los ecosistemas degradados de Europa y mejorar su condición, de manera que se asegure la provisión de bienes y servicios ambientales. El RRN establece compromisos de recuperación para distintos tipos de ecosistemas: tierras agrícolas, bosques, ecosistemas marinos, fluviales y de agua dulce, y zonas urbanas.  El importe destinado a la implementación de este objetivo será de alrededor de 100.000 millones de euros en el marco financiero plurianual (MFP) de la UE para el período 2021-2027.

Un aliciente para la implementación de este marco regulatorio, más allá de contribuir a proteger y prevenir peores previsiones en materia climática, es el retorno económico. Se estima que de cada euro invertido en la recuperación de la naturaleza europea se producirá un retorno de entre 8 y 38 euros. Estos retornos se derivan de la recuperación de usos productivos (p.e. usos agrícolas y madereros) pero también del ahorro que supone que la naturaleza haga su trabajo en términos de control de plaga, secuestro de carbono o control de eventos extremos.  Si se interpretan estos rendimientos en términos de retorno de la inversión, se podría decir que la restauración de ecosistemas se presenta como un negocio rentable.

El sector privado puede jugar un papel central en la implementación de este nuevo marco legislativo. En primer lugar, porque las empresas tienen la obligación de compensar los impactos ambientales que generan y esta compensación en muchos casos implica recuperar ecosistemas que han sido degradados. Pero, además, aquellas empresas que sean capaces de desarrollar modelos de negocio asociados con los espacios restaurados podrán obtener rentabilidades extraordinarias a la vez que favorecen la transición de la economía más sostenible. La creación de estos modelos bioeconómicos, tiene la capacidad de generar seguridad en los mercados y reducir la percepción del riesgo en torno a los proyectos de restauración, lo que podría atraer más inversión privada en el medio y largo plazo.