La mitigación del cambio climático: una oportunidad

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Informe especial de la OMS sobre salud y cambio climático (COP-24 Special Report: health and climate change)

 

La contaminación atmosférica es letal. Lo corroboran la ciencia y los datos. Ahora lo vuelve a poner de manifiesto el informe especial Health & Climate Change de la Organización Mundial de la Salud (OMS), presentado durante la Conferencia de Cambio Climático COP24 de las Naciones Unidas celebrada en Katowice, Polonia. Las cifras son impactantes. Solo la contaminación del aire provoca siete millones de muertes cada año y pérdidas de 5.000 millones de dólares en todo el mundo, según se recoge en el estudio.

La cara de la moneda es que cumplir con los objetivos del Acuerdo de París podría salvar cerca de un millón de vidas cada año hasta 2050. Para ello sería suficiente con reducir la contaminación del aire.

El informe de la OMS pone el acento en las políticas de mitigación de la acción climática como una oportunidad. Los beneficios para la salud derivados de éstas superarían con creces los costes de ponerlas en marcha. En concreto, el valor de los beneficios prácticamente se duplicaría a nivel mundial. En el caso de China e India, la relación entre el coste y el beneficio sería todavía mayor.

Los expertos calculan que las consecuencias sanitarias de la contaminación atmosférica representan más del 4% del Producto Interior Bruto (PIB) en los 15 países que más emisiones de efecto invernadero producen. Mientras, el coste de las medidas encaminadas para hacer realidad el Acuerdo de París se estima en torno al 1% del PIB mundial.

Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, sostiene que el de París puede ser el mayor acuerdo del siglo en materia de salud y que debemos actuar ya.  “Los datos demuestran con claridad que el cambio climático está afectando gravemente a la vida de las personas, porque pone en jaque los elementos básicos necesarios para permanecer sanos —la salubridad del aire, la potabilidad del agua, la inocuidad de los alimentos y la seguridad de las viviendas— y hace peligrar décadas de progresos de la salud pública mundial.”

La quema de combustibles fósiles se señala como la causa principal del cambio climático y de la contaminación del aire. Al mismo tiempo se sostiene que mudarse a fuentes de energía bajas en carbono brindará oportunidades adicionales para obtener beneficios de salud inmediatos. Y se pone el ejemplo de la introducción de opciones de transporte activo, como el ciclismo, que ayudarán a aumentar la actividad física y, en última instancia, a prevenir enfermedades cardíacas, el cáncer y la diabetes.

Recomendaciones a los gobiernos

En el estudio se presentan las medidas adoptadas por países de todo el mundo para proteger a su población y se ofrecen recomendaciones a los gobiernos para optimizar los beneficios sanitarios mediante la lucha contra el cambio climático. Asimismo, se lamenta que la financiación continúa siendo insuficiente para luchar contra este problema de dimensión mundial, especialmente en los pequeños estados insulares en desarrollo y en los países menos avanzados. De hecho, los proyectos de protección de la salud humana han recibido solamente un 0,5% de los fondos multilaterales para la adaptación al cambio climático.

Los países insulares del Pacífico, que emiten solo el 0,03% de los gases de efecto invernadero, están entre los más afectados por sus consecuencias. “Es fundamental actuar con urgencia y combatir el cambio climático para proteger la salud y la vida de la población de estos países, teniendo en cuenta las conclusiones de la COP24”, tal y como se recoge en el informe.

También se hace una llamada a todos los países para que contemplen la salud en todos los análisis sobre el coste-eficacia de la mitigación del cambio climático. Se les recomienda ofrecer incentivos fiscales, como la tarificación de las emisiones de carbono y las subvenciones a la energía no contaminante, para alentar a los sectores pertinentes a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y contaminantes atmosféricos.

“Los perjuicios para la salud de las fuentes de energía contaminantes son tan graves, que no cabe la duda sobre la rentabilidad de sustituirlas por formas más sostenibles y menos contaminantes de obtención de energía y mantenimiento del transporte y sistema alimentario. Cuando se tiene en cuenta la salud, la mitigación del cambio climático no es un coste, sino una oportunidad”, manifiesta María Neira, directora del Departamento de Salud Pública, Medio Ambiente y Determinantes Sociales de la Salud de la OMS.