Primer Ciclo de Diálogos de Economía Circular del GECV

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En busca de un marco regulatorio

 

La  Economía Circular es un sistema de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción, la reutilización y el reciclaje de los elementos. Supone una nueva forma de vivir y consumir más responsable y eficiente, que rompe con el modelo tradicional de comprar, usar y tirar. Sin embargo, la normativa todavía responde a un sistema lineal, como se ha puesto de manifiesto durante El primer Ciclo de Diálogos sobre Economía Circular, un espacio de debate y participación promovido por el Grupo Español de Crecimiento Verde (GECV), celebrado en la sede del despacho Uría Menéndez.

Precisamente, el marco regulatorio necesario para el desarrollo de esta economía ha sido el tema elegido para inaugurar el Ciclo de Diálogos, en el que han participado una muestra amplia y plural de voces: Administración central, comunidades autónomas, empresas y organizaciones empresariales.

En este primer encuentro, moderado por Mariluz Castilla, secretaria general técnica del GECV, ha quedado patente que “la economía circular tiene grandes implicaciones legales y que, además, son transversales, lo cual va a suponer modificaciones de calado en muchísimos ámbitos”, tal y como señalaba Jesús Sedano, abogado de Uría Menéndez.

«La economía circular tiene grandes implicaciones legales, que además son transversales, lo cual va a suponer modificaciones de calado en muchísimos ámbitos » (Jesús Sedano, abogado de Uría Menéndez)

Pero ¿Qué marco normativo se necesita para dar seguridad a todos los actores implicados, dado que la economía circular supone un cambio de modelo que requiere inversiones importantes?

La economía circular ha sido el foco de la UE en los últimos dos años. En diciembre de 2015, la Comisión Europea aprobaba el Plan de Acción para la Economía Circular, una hoja de ruta de las diferentes actuaciones que va a llevar a cabo hasta 2019. En él se incluyen 54 medidas en torno a cuatro ejes: la producción -ecodiseño y fabricación-, el consumo, la gestión de los residuos y la incorporación de esas materias primas procedentes de residuos nuevamente al ciclo productivo. Posteriormente, se unirían medidas en capítulos como los plásticos, la construcción y demolición, los productos biológicos, el desperdicio alimentario y las materias primas críticas.

A partir de este marco comunitario, en 2017 el Gobierno de España comenzó a elaborar una estrategia de Economía Circular a largo plazo (2030), en la que ha implicado a otros agentes de la Administración central y las comunidades autónomas, especialmente a otros departamentos ministeriales además de los ambientales. Con este cometido se creó el Grupo Interministerial de Economía Circular, porque esta economía trasciende a los residuos y las políticas del medio ambiente, como también se repitió durante la jornada. Y el objetivo se ha cumplido. Según palabras de Margarita Ruiz Saiz-Aja, subdirectora general de Residuos del Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO), el Grupo “ha sido todo un éxito. Ha conseguido involucrar hasta 11 departamentos ministeriales”.

Fruto de todo el trabajo, en febrero de 2018 se publicó un borrador de la estrategia, en el que se ha incorporado el objetivo de que España mejore la productividad de los materiales un 30% respecto del año 2015. En él se recoge un Plan de Acción (2018-2020) encaminado a lograr un modelo de desarrollo y crecimiento más innovador, competitivo y sostenible.  El documento ha estado a disposición pública para todos aquellos que quisieran hacer llegar sus observaciones y comentarios.

Además, se está generando nueva normativa y revisando la existente. Así, la aprobación de las directivas del paquete de residuos a mediados de 2017 supone la revisión por parte de la Administración de toda la materia básica en materia de residuos. No sólo del Decreto de Vertederos, sino también de aquellas normativas donde se aplica la responsabilidad ampliada del producto, como consecuencia de la nueva regulación sobre ésta. Y en el marco de los plásticos, está en elaboración una hoja de ruta específica para España, en línea con la filosofía de la estrategia europea, que se presentará a principios de 2019.

En el primer Ciclo de Diálogos se hizo énfasis en que la regulación es absolutamente clave en el desarrollo de la Economía Circular para dar seguridad, armonizar, así como espolear a todos a cambiar hábitos y comportamientos. No obstante, también se ha evidenciado que muchas veces existe hiper-regulación, como sucede en el sector de los residuos; y en otras ocasiones, una normativa muy rígida y exigente, como ocurre en la obra pública verde, que está impidiendo su activación. 

Al mismo tiempo se ha destacado que se suele pensar en nuevas normas en lugar de aprovechar al máximo la normativa existente o tratar de hacer una aplicación valiente de la misma.Si hacemos un repaso de las normas en vigor, incluida, por supuesto, la de residuos, ya contemplan muchas actuaciones de economía circular, y nuestra sensación es que no se las saca el partido suficiente, precisamente porque se tiene miedo a hacer una aplicación audaz de ellas, señalaba Jesús Sedano.

La jornada concluyó con la necesidad de poner en valor el sello de la Economía Circular: que la utilización de un producto procedente de residuos empiece a estar bien visto.

¿Cuáles son los instrumentos económicos y de financiación; la demanda y el comportamiento de los consumidores, o el papel de la innovación en el desarrollo de la economía circular? Estos son los temas en torno a los que girarán los próximos encuentros dentro del Ciclo de Diálogos sobre Economía Circular, un espacio para que los diferentes agentes implicados participen de manera activa en el diseño de compromisos y estrategias de Economía Circular, y donde las administraciones públicas y otros agentes de la sociedad puedan transmitir a las empresas sus expectativas y necesidades.