Un horizonte verde de emprendedores coherentes

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Por Javier Picos Martín. Redacción Nuestra Nebrija.

La sostenibilidad marca el rumbo de las empresas de nueva creación y de los emprendedores responsables con su entorno. La apuesta verde se abre paso en un planeta agotado. Nos adentramos en las inquietudes de profesionales comprometidos, de unos seres vivos que transforman el ecosistema económico. La reciente conferencia COP25 de Naciones Unidas sobre el cambio climático celebrada en Madrid concitó el interés por las políticas y las estrategias verdes.

António Guterres, secretario general de la ONU, defendió una hoja de ruta científica que limite el aumento de la temperatura global a 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales, que alcance la neutralidad de carbono en 2050 y que reduzca las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030. “Las señales de esperanza se están multiplicando. La opinión pública está despertando en todas partes. Los jóvenes muestran un notable liderazgo y movilización”, señaló. Esta iniciativa ecológica, enfrentada a una deriva de inacción, protagonizará los años veinte del siglo XXI. Los expertos lo refrendan.

En El arte de emprender. Manual para la formación de emprendedores  (Cátedra Nebrija-BBVA), la economista Ainhoa Marín y la politóloga Marybel Pérez Suárez dan en la diana al definir la empresa sostenible como aquella que “basa sus actuaciones en un comportamiento ético y respetuoso con las diferentes sensibilidades culturales y que es generadora de valor sostenible: económico, medioambiental y social a corto y largo plazo”.

Los argumentos para un emprendimiento ecológico están asentados, pero fuera sigue lloviendo. Dos paragüas para guarecerse de la incertidumbre y la mala praxis son la Red emprendeverde (ReV) -un proyecto de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, que desde 2011 trabaja para la creación y consolidación de nuevas empresas que impulsen una transición ecológica justa- y el Grupo Español para el Crecimiento Verde (GECV) -una asociación para fomentar la colaboración público-privada ante los retos ambientales-.

Formación y compromiso

La ReV sustenta, sobre todo en sus etapas iniciales, a los ecoemprendedores a través de servicios gratuitos como formación, acompañamiento, mentoría y asesoramiento técnico. Victoria Pérez, coordinadora del Área de Economía y Empleo Verde de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, cifra la comunidad de ReV en más de 9.200 emprendedores, que ponen en práctica compromisos como “impulsar la innovación social, el empleo y el emprendimiento verde en nuestro país, y dinamizar y fortalecer el ecosistema de emprendimiento verde”.

El GECV, formado por más de cincuenta empresas, comparte este enfoque para un crecimiento sostenible. Mª Luz Castilla, secretaria general técnica del GECV, senior & board advisor y senior advisor PwC, apunta a “soluciones de mitigación y adaptación al cambio climático, a la descarbonización de la economía o al fomento de una economía circular”.

El cambio de tendencia no solo favorece la conservación del planeta, sino también el trabajo y la propia dinámica de la economía. El informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2018 de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) prevé seis millones de nuevas oportunidades de empleo provocadas, según Victoria Pérez, por la reutilización, el reciclaje, la reconstrucción y la reparación de bienes que sustituyen al modelo tradicional de extraer, fabricar, usar y tirar.

En España el consumo ecológico ha crecido un 45% en los últimos años. En 2015 alcanzó una facturación interna de 1.453 millones de euros. “El hecho de que exista un consumidor más exigente y comprometido, con una mayor conciencia medioambiental, produce un aumento de la demanda de estos productos y servicios”, añade. Victoria Pérez afirma también que la presión social y legal determina la existencia de compañías “pequeñas, innovadoras y con personas emprendedoras concienciadas”.

En la misma línea, Mª Luz Castilla arguye que este cambio “radical” en la economía propicia “numerosas” oportunidades provocadas por el cambio climático como la restauración de espacios naturales para captar CO2, una inversión sostenible -ya hay más de 2.300 firmantes de los Principios de Inversión Responsable (PRI) que gestionan más de 86 billones de dólares de activos-, el Nuevo Green Deal  para que Europa sea “climáticamente neutra” en 2050, o un consumidor más responsable (el 73% de los españoles ya toma decisiones de consumo por motivos éticos o de sostenibilidad).

Los emprendedores verdes muchas veces construyen la casa por el tejado sin tener en cuenta unos principios básicos. Victoria Pérez (ReV) les da una serie de recomendaciones: reflexionar y validar el modelo, hacer un buen plan de negocio, tomar referencias, formarse, rodearse de profesionales, establecer una red de contactos, ser transparentes, aportar valor a lo existente, crear elementos diferenciadores y trabajar “con esfuerzo y constancia”. Por su parte, Mª Luz Castilla (GECV) sugiere identificar qué significa sostenibilidad para el potencial
consumidor, dar vida a la idea de emprendimiento verde durante todo el ciclo del producto, incorporar la sostenibilidad en todas las facetas, hacer pruebas piloto para ver qué funciona y buscar fuentes de financiación sostenibles.

Impacto social

Con la financiación hemos topado. Además de las ayudas de los organismos oficiales, los emprendedores, en general, y los ecoemprendedores en particular, deben contemplar dos figuras: los business angels o padrinos inversores y el crowdfunding o microfinanciación colectiva. AEBAN (Asociación Española de Business Angels), que agrupa unas 35 redes y 2.000 inversores, en el último año movilizaron recursos por valor de 40 millones de euros. Pueden ser una solución al emprendedor advenedizo.  No obstante, en la cuarta edición del informe AEBAN sobre la inversión de los business angels en España, los sectores que siguen copando el interés de los inversores son el software , la banca y las finanzas, y el ocio y el comercio. La energía y el medioambiente quedan rezagados con un 6% del total.

Para Yolanda Díaz Villarrubia, cofundadora de WA4STEAM (Asociación Internacional de Business Angel Mujeres), los business angels , “dan un valor añadido al ecosistema emprendedor porque cubren la inversión en una etapa inicial de una start-up , con un nivel de riesgo alto”. Además de tener “muy clara” la idea de negocio, la innovación en el mercado de referencia, y el triple impacto (social, económico y ambiental), un ecoemprendedor, según Díaz Villarrubia, ha de ser “coherente” con el consumo responsable, las materias primas cercanas, el reciclaje, la producción y la logística. Por ejemplo, en WA4STEAM “tenemos de referencia los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas porque el impacto social es imprescindible”.

Uno de sus proyectos invertidos es Bioo, que proporciona un sistema para generar electricidad a partir de plantas y que también dispone de una división educativa. Su CEO y cofundador Pablo M. Vidarte refleja la filosofía de Bioo: “Unir naturaleza con tecnología para mejorar la calidad de vida de todos”. Un piano y una mesa de mezclas vegetales en el Jardín Botánico Biotecnológico de Ibiza y una “orquesta de plantas” son dos de los proyectos de una empresa que revolucionará la domótica tradicional.

Escaparate ético

Los portales de crowdfunding reciben cada vez más campañas de emprendimiento verde. Así lo atestigua Ángel González Romero, CEO de Crowdants. “El crowdfunding es una opción muy potente para conseguir financiación y visibilidad”. Los huertos ecológicos escolares y los supermercados cooperativos son dos de los campos en los que Crowdants colabora con entidades como la Fundación Triodos. El emprendimiento verde genera una economía fértil.

Aparte de Ecoalf, ligada al Grupo Español para el Crecimiento Verde, que fabrica productos de moda con materiales reciclados, enumeramos seis casos de éxito integrados en la Red emprendeverde:

•  Esmero. Jaime Selva, fundador: “Ofrecemos un escaparate de productos éticos y sostenibles, locales, con personalidad. Queremos ser el Amazon verde y así dar notoriedad a pequeñas y medianas marcas”.

  GreeMko. Jorge Portillo, CEO: “Hemos desarrollado un software que facilita la gestión ambiental integral y el cálculo de la huella de carbono. Las empresas de nueva creación deberían nacer con la semilla de la sostenibilidad”.

•  Dialis Oil. Carlos Luceño, fundador y consejero delegado: “Actualmente, el aceite usado es sustituido por aceite nuevo. En cambio, nuestra tecnología, que supone una revolución, permite utilizar hasta cuatro veces el mismo aceite, después de aplicarle un proceso de diálisis”.

•  Ekomodo. David Zabala, CEO: “Convertimos residuos en accesorios de diseño y sostenibles. Todos nuestros productos se rigen por las siguientes características: materiales sostenibles, producción local e impacto social que genera empleo”.

•  Ciclogreen. José María Muro, cofundador y responsable de Marketing y Comunicación: “Nuestro objetivo es ayudar a las empresas, universidades y ayuntamientos a cuantificar y reducir su huella de carbono. Mediante programas de incentivos basados en retos, gamificación y regalos conseguimos motivar a los participantes para que se desplacen de forma menos contaminante”.

•  Miogas. Lucía Suárez Bonet, promotora: “Instalamos digestores donde el usuario pueda reciclar en casa sus restos orgánicos para transformarlos en gas (para cocinar o calefacción) y fertilizante orgánico. Promovemos la producción de energía renovable, el reciclado eficiente, la democratización energética y la agricultura sostenible”.

Carlos Luceño verbaliza lo que muchos emprendedores piensan: “El único desarrollo posible es el desarrollo sostenible y respetuoso con el medio ambiente; cualquier otro desarrollo solo acabaría con la destrucción de nuestro planeta y, por tanto, de nuestra propia especie. Algo completamente absurdo”. Difícil de rebatir…

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